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De joven a joven, de cero a cien

Los indígenas chiapanecos que han llegado a la adolescencia durante los últimos veinte años provienen de comunidades en las que hasta hace poco no existía una construcción simbólica que los identificara como adolescentes; tampoco existía un término en sus lenguas para nombrar a este periodo tan determinante en la transición de dejar de ser niño o niña para convertirse en adultos. Hasta hace muy poco, en las comunidades indígenas tradicionales de Chiapas y de otras partes del país se pasaba de la niñez a la edad adulta sin transición. Un niño o una niña pasaban de la noche a la mañana ser adultos cuando formaban una pareja, o cuando obtenían derechos sobre un pedazo de tierra. Formar una pareja indisolublemente llevaba consigo la procreación inmediata.

En un reciente estudio realizado por nuestro instituto en municipios de la Región Altos de Chiapas, con el apoyo del Fondo de las Naciones Unidas para la Población (UNFPA) se identificó la vulnerabilidad extrema de los menores nacidos de madres menores de 19 años, principalmente de aquellas que no tienen pareja y que han perdido el apoyo social de sus familias y comunidades debido al embarazo. En este mismo estudio también se describen factores que incrementan los riesgos maternos a edad temprana en el contexto de las comunidades indígenas.

Entre los jóvenes indígenas de Chiapas entre 12 y 18 años de edad, más del 40% tienen una vida sexual activa y sólo el 7% utilizó algún método de planificación familiar durante su última relación. Esto significa que durante su último encuentro sexual, el 93% estuvo expuesto al embarazo o a contraer una infección de transmisión sexual (ITS).

En Chiapas, el porcentaje de madres adolescentes fue de 18.6% y de niñas menores de quince años, de en donde se produjeron 164,912 nacimientos fueron de 18.6% fueron adolescentes y del 0.8% en niñas menores de 15 años. Sin embargo, esta cifra sub registra muchos de los nacimientos que ocurren en los 18 municipios con mayoría de población indígena de la Región de los Altos de Chiapas. Una cuarta parte de las mujeres que se embarazan cada año (24.4% en 2014) en esta entidad no terminaron la primaria y 24.1% más no continuaron sus estudios más allá de la primaria. El embarazo es la primera causa de deserción escolar. Esta situación es aún más grave entre las mujeres

La Estrategia Nacional para Prevenir el Embarazo en Adolescentes (ENAPEA)6 tiene un enfoque integral y reconoce a los jóvenes como titulares de derechos, lo que constituye un avance muy importante. Sin embargo, además de presentar una disminución importante en su presupuesto, no existe una estrategia específica para los jóvenes indígenas.

El proyecto tiene como principal objetivo el de crear una red de jóvenes de ambos sexos menores de 20 años para realizar acciones de promoción educativa y asesoría mediante el uso de redes sociales y con acompañamiento directo: 1. A todos los jóvenes menores de 20 años de ambos sexos, 2. Jóvenes menores de 20 años embarazadas o madres de niños menores de tres años y 3, Los padres. Maestros y trabajadores de salud. La red contempla objetivos específicos y estrategias para cada uno de estos tres componentes.

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